sábado, 9 de diciembre de 2006

SUBE EL VOLUMEN DE LA MÚSICA

.

He venido a pasar unos días a casa de mis padres. Estoy sentado en la que solía ser mi cama.


Mis padres discuten.
Yo escucho música.
Mis padres empiezan a gritarse mucho.
Yo subo el volumen de la música.
Mis padres se acercan a mi habitación.
Yo subo aún más el volumen de la música.
Mis padres están discutiendo justo al otro lado de la puerta.
Yo me pongo los cascos y subo el volumen de la música.
Miro los pósters que puse hace años en mi habitación:
Spider-man, Madonna, Guns`n Roses, Star Wars, Fotos de New York.
Me quito despacio uno de los auriculares.
Mis padres siguen gritando.
Me vuelvo a colocar rápidamente los cascos y subo el volumen de la música.
Cierro los ojos.


Abro los ojos.
De repente vuelvo a estar en el instituto.
Quizá mañana tengo un examen de historia, porque tengo el libro delante de mí.
Pero si estoy estudiando... ¿Por qué tengo la música tan alta?
¿estudio?
Tengo una revista pornográfica escondida bajo mi libro de historia.
Me agarro la polla.
Oigo los gritos de mis padres en el pasillo.
Subo el volumen de la música.
Cierro los ojos.


Oigo un golpe en mi puerta. La cena está lista.
Abro los ojos.
¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?
Tengo mi cabeza apoya encima del libro de historia.
¿Cómo puedo dormir con la música tan alta?


Me siento en el sofá. Entre papá y mamá.
Miro la cena.
Levanto la vista.
Mamá y papá tienen la mirada fija en el televisor.
Ya no gritan.
Ni siquiera se hablan.
Busco el mando a distancia de le tele.
Subo el volumen.
Porque a veces el silencio es peor que los gritos.
Cierro los ojos.


Abro los ojos. Vuelvo a tener 24 años.
Ahora vivo solo y ya entiendo por qué tengo siempre la música tan alta.

Cierro los ojos.

No hay comentarios: